Esta revista saldrá a la luz anualmente, y será la contraparte de Cátedra, publicación con un enfoque más académico y que igual se edita en la Facultad de Filosofía y Letras.

Con un recinto plagado de estudiantes y maestros, la Directora Ludivina Cantú, señaló la importancia de que este tipo de ediciones se reactiven; subrayó la gran cantidad de artículos publicados por jóvenes universitarios, en el nuevo número de la revista de literatura.

José Javier Villarreal, director de la editorial de la Facultad de Filosofía y Letras recordó el dinamismo que Miguel Covarrubias, primer director de Deslinde, le otorgara a la publicación.

Por su parte, el propio Covarrubias en entrevista señaló que el lector es el ente más importante en el proceso de edición.

“Las revistas tienen un eje, y es el lector. Éste siempre determina la línea de una revista, pero la particularidad de esta Deslinde, es que está diseñada de una forma que ya no parece una revista, sino más bien recuerda al libro, con pasta dura, formato resistente. Finalmente el lector es quien decide la vida de una revista”, indicó.

Y sí, como bien señalara el escritor Miguel Covarrubias, con su rojinegro, Deslinde impone en tamaño, ni tan grande para estorbar, ni tan pequeña para ser olvidada. Y su resistencia, tiene la capacidad de soportar que el lector se haya quedado dormido sobre el material, como señaló Villarreal. Entrañable sinergia entre el libro y revista, Deslinde promete ser un edición para lectores, pues privilegia el texto sobre la imagen.

“Es una revista para lectores. Privilegia el texto sobre la imagen”, reafirmó Villarreal.

Si bien, Deslinde es más letra que imagen, el artista Gerardo Azcúnaga participa en este número en el área de las ilustraciones: una joya.

En 360 páginas ha poesía, traducciones, cuentos, ensayos poéticos y de novelas, apuntes, antologías, entre otros textos literarios.