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Ingeniero Civil de la UANL construye su futuro en Japón
En 2012, Daniel Medina Contreras inició el programa de doble titulación entre la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Tecnológica de Nagaoka. Hoy, el ingeniero civil se prepara con un posgrado en Asia y, en abril de 2019, comenzará su vida laboral en la empresa de trenes privados más grande de Japón.
La inquietud de aprender un tercer idioma fue el motivo que impulsó a Daniel Medina Contreras a formar parte del programa de doble titulación entre la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Universidad Tecnológica de Nagaoka (NUT, por sus siglas en inglés).
Su camino comenzó en 2012, cuando el joven inició la carrera en Ingeniería Civil en la UANL. Durante cinco semestres, el universitario se preparó en el estudio de la lengua y cultura japonesa y, tras demostrar su capacidad como estudiante, en 2014 fue aceptado por la NUT para completar su licenciatura.
“Yo había llevado francés en la preparatoria, pero no fui bueno, entonces fue una astilla que quedó dentro de mí no poder hablarlo. Sentía que mínimo necesitaba hablar un tercer idioma y vi la oportunidad del programa.
“Me dije ‘ya si no te vas, aprendiste japonés’. Fue lo que más me motivó, el aprender un nuevo idioma totalmente distinto; tenía que reinventar la manera de formular una oración y me motivó ese reto”, aseguró el universitario.
Como estudiante mexicano en Japón, Daniel Medina Contreras enfrentó el reto de conocer una cultura completamente distinta. También perfeccionó el idioma y adquirió nuevos conocimientos sobre su carrera.
“En la UANL, nos enseñaron las bases de la ingeniería y en Japón vimos materias más especializadas.
“Nos piden que estudiemos sobre sismos, cómo afectan las ondas a los edificios, a las estructuras; las estructuras de acero allá van a ser diferentes por el tipo de suelo; la situación geográfica de Japón. (Ellos) tienen que estar seguros de que los ingenieros están listos para lo que venga”, explicó Daniel Medina.
Después de dos años de vivir y estudiar en Japón, Medina Contreras se graduó con el título de las dos universidades (UANL y NUT), en marzo de 2017.
“Es una oportunidad única en la vida, porque simplemente te abre las puertas a Japón, esta oportunidad me abrió muchas puertas, me cambió mi forma de ver la vida, me hizo madurar.
“Obviamente te va a dar miedo, pero pasas ese miedo, comprendes dónde estás, y tu potencial puede seguir más adelante”, agregó.
Para completar el programa de doble titulación entre la UANL y la NUT, ambas instituciones apoyan con becas a los estudiantes aceptados.
“Para mí, la UANL y la facultad representan mi alma mater, mi origen; estoy muy agradecido con ambas porque desde que iniciamos aquí hemos tenido dificultades, pero nunca nos han dejado solos”, enfatizó el estudiante mexicano.
Cursa posgrado en Asia
Tras concluir la carrera en Ingeniería Civil, Daniel Medina Contreras tomó la decisión de continuar sus estudios de posgrado en la maestría en estructuras de acero.
En abril de 2019, Daniel Medina concluirá su maestría en la Universidad Tecnológica de Nagaoka.
“Es un poco más de carga. En el máster se enfocan más en el lenguaje del inglés y ahí te puedes apoyar más, pero es más difícil en el tema de la carrera.
“A pesar de la adversidad, los mexicanos siempre vemos el lado bueno de las cosas; llegan a pensar que estamos locos, pero no, nos ven como gente muy alegre que no se deja caer”.
La vida de un mexicano en Japón
Para Daniel Medina Contreras, vivir en Japón no es cualquier cosa. Desde entender una nueva cultura, hasta degustar otros platillos y adaptarse a un clima muy frío son experiencias que ha logrado superar en estos últimos tres años.
“En invierno, la vida cambia mucho porque se acumulan tres metros de nieve, los autobuses ya no pasan y, si quieres ir a comprar verduras al súper, tu bicicleta ya no la puedes usar, ahí va uno como montañés en medio de la nieve.
“Para ir al salón de clases, el frío es difícil, el sol se empieza a meter y, para las cinco de la tarde, ya está oscuro; la falta del sol afecta el estado anímico de cualquiera, vienes de una tierra muy soleada como México y se vuelve más pesado con el pasar de los años. Sufro a tal grado que ya tengo contado que días hará calor”.
Nagaoka, ubicada al norte de Tokio, es una pequeña ciudad de poco más de 200 mil habitantes. Ahí, el último autobús sale de la estación a las 19:00 horas.
La diversión en Nagaoka consiste en salir a comer, reunirse con otros extranjeros para preparar tacos o pasear en los centros comerciales.
“Es difícil acostumbrarse al principio. Llegas y te tienen a puro arroz, pero después de un rato le agarras sabor.
“Tratar de hacer amigos no es como en México. Es duro al principio, pero ya que encuentres a uno que te diga cómo hacer las cosas y se haga amigo tuyo vas entendiendo cómo piensan y te abre las puertas a más amigos, pero tardas en despegar”, señaló Medina.
La seguridad y la cultura de puntualidad, respeto, amabilidad y trabajo son aspectos que Daniel admira de Japón.
“A pesar de que batallas para hacer amigos, la gente es considerada. Son muy atentos, se disculpan mucho contigo por llegar tarde, por hacerte esperar, aunque sean 30 segundos.
“La seguridad es increíble, puedo yo estar a las tres de la mañana caminando por una calle oscura e inclusive sacar mi celular y no pasa nada”, enfatizó el universitario.
Siguiente reto: trabajar en empresa japonesa
Hace tres años Daniel Medina inició su aventura académica en Japón. En 2019, enfrentará la vida en el país asiático… trabajando.
Tras concluir su maestría en abril de 2019, Medina Contreras comenzará a trabajar en una empresa dedicada a la construcción de trenes en Tokio. Su meta: permanecer en Japón alrededor de 10 años y posteriormente volver a México.
“Quisiera que esa empresa algún día entre a México y yo ser de los principales que estén ahí, claro que esto es a futuro y dependiendo de los planes de la empresa. Por lo pronto, voy a buscar ganar experiencia profesional y prepararme para lo que venga; la compañía es de construcción, es la empresa de trenes privados más grande de todo Japón”, enfatizó Daniel Medina.
“Estando en Japón, es casi seguro que te van a mandar a otros países por ser extranjero. Eso es algo muy fuerte que te ayuda a desarrollarte como ingeniero; vienen demasiados retos que te motivan a superarte como persona”, agregó.
Daniel Medina Contreras, de 23 años de edad, ingresó a la Universidad Autónoma de Nuevo León en agosto de 2010, para comenzar su educación media superior en la Preparatoria 16, donde cursó el bachillerato Bilingüe Progresivo.
En 2012, fue aceptado en la Facultad de Ingeniería Civil de la UANL, donde cursó el programa de doble titulación con Japón.
“Vas a estar lejos pero no solo porque allá somos una comunidad como de 20 o 30 mexicanos, de los cuales la mayoría son de Nuevo León, entonces descubrirás que tienes una segunda familia.
“Es una oportunidad que, si a mí me volvieran a preguntar, yo la volvería a tomar”.
Responsable: Prensa UANL