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La poesía según las poetisas
¿Qué es poesía y que no?, ¿cómo se construye una voz poética?, ¿qué poesía publicar?, resolvieron Carolina Olguín, Zaira Espinosa, Marisol Vera y Diana Garza en las Jornadas "Carmen Alardín" de la Editorial Universitaria UANL.
Como editoras, talleristas, promotoras y autoras de poesía Carolina Olguín, Zaira Espinosa, Marisol Vera y Diana Garza son ideales para decirnos qué, cómo, cuándo y dónde hay poesía, y dónde no la hay.
Entrevistadas por Irasema Corpus, ellas reflexionaron sobre la poesía en la actualidad en la charla “Vestir un bosque debe ser difícil”, realizada el 26 de julio dentro de las Jornadas “Carmen Alardín”, que organiza la Editorial Universitaria UANL en la Casa Universitaria del Libro.
Como especialistas y editoras, ¿cómo encontrar una obra atractiva, una voz poética que merezca ser reseñada en Monterrey?, preguntó Irasema para abrir el debate.
La poesía: ni emocional ni solo sentimientos
“No solo en Monterrey. La poesía que más impacta es aquella que es honesta y genuina. Que más allá de los fórmulas poéticas hay un imaginario y una postal de lo que es la percepción del mundo del poeta”, respondió Zaira Espinosa, coordinadora de Verso Norte.
En tanto Marisol Vera, coordinadora de Ediciones Morgana, expuso que una voz poética es la que va a tocar no solo lo emocional y se va a construir con trabajo constante, a veces solitario y a veces tejiendo redes con otros autores.
“Se tiene una idea, creo generalizada, que la poesía es simplemente decir lo que sientes. Y no es así. Tiene que haber una construcción donde se puede ser más prosaica, metafórica o lírica. Pero hay una elección consciente y eso no lo tienen claro muchas personas”, dijo.
Por su parte, Carolina Olguín coincidió en la honestidad y agregó que lo primero es que haya una voz poética y quitarse la idea de que es un género que solo expresa sentimientos.
“Y esa voz llega cuando empieza a haber rasgos, estilos, búsquedas más específicas, voz propia, que hay cierto esmero y se ha estado puliendo el trabajo. Actitud que se note en los poemas”, dijo la autora del poemario “Canicular”.
La poetisa ganadora del Carmen Alardín en 2016, Diana Garza, coincide en el tema emocional en tanto considera que hay mucha gente que subestima al género poético porque piensa que es fácil escribir sobre las emociones.
La educación en México no le ayuda a la poesía
Debido a su reciente experiencia entrevistando a jóvenes escritores que concursaron por una beca del Centro de Creación Literaria Universitaria 2019, Irasema percibe que en esta última generación hay más poetas que narradores, ¿pero qué tan cierto será?, les preguntó.
“No estoy tan segura que haya esta proliferación, quizá ustedes observaron el fenómeno y sea una casualidad. Pero desde que estudié Letras siempre he notado más inclinación por la narrativa, aunque quizás esté pasando”, respondió Carolina.
En su opinión existe una idea ingenua y preconcebida de que si se tienen sentimientos buenos, malos o bonitos puedes hacer poesía. Y una de las causas es la ignorancia de la misma lectura de poesía.
“En los talleres de poesía hay personas que directamente me dicen que no leen poesía. La escuela como formadora ha hecho un trabajo de aparato ideológico del Estado con un canon de lecturas arcaico que hoy ya no dice nada y ha conseguido alejarlos de la poesía.
“Los chavos siguen pensando que la poesía son rimas, una idea tan añeja que ha transmitido la misma escuela”, planteó la escritora.
Internet y redes, las reglas cambian
Como jurado en los certámenes universitarios de literatura donde participan estudiantes de preparatorias y facultad, Zaira recuerda sesiones kilométricas de revisar 70 u 80 obras para cada género y donde los ganadores, o menciones honoríficas, no siempre continúan por el camino de trabajar, editar y publicar. Y esto, quizá, es por los nuevos tiempos que corren.
“Ahora en las redes sociales las emociones se idealizan mucho. Se está dando un fenómeno de lectura diferente”, expresó la coordinadora del programa radial “Libros que suenan”.
Ella y el resto de autoras refirieron que en su generación existía el trabajo y edición de sus obras, que se coronaba con la publicación física de sus textos en libros, antologías o suplementos. Pero el Internet cambió las cosas.
Zaira puso como ejemplo, sin citar su nombre, a un poeta joven que nunca lo ha visto en ningún espacio institucional de cultura de la ciudad. Es alguien que se autoedita, cobra un cover por leer su poesía y llena los lugares. Tiene 40 mil seguidores y no va a talleres.
“Él está haciendo una vida de poesía emocional y lo leen en todas partes, es un fenómeno muy interesante. Él tiene 22 años y vive de la poesía”, comparó.
Responsable: Prensa UANL