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Lamenta pérdida sistemática de arte funerario

El doctor Enrique Tovar Esquivel impartió la conferencia “El arte funerario de Miguel Giacomino”, en el marco de la Celebración del Día de Muertos en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario.

La obra funeraria cumple un papel primordial en la vida de quienes sobreviven a una persona difunta, primero, recordarla, y segundo, exaltarla; hacer presente al ausente mediante un busto, un retrato porcelanizado, una escultura de cuerpo completo o una obra simbólica que lo represente, ha sido desde tiempos remotos una constante en los espacios mortuorios.

Así lo expresó el doctor Enrique Tovar Esquivel, profesor-investigador del Centro INAH Nuevo León, durante la conferencia “El arte funerario de Miguel Giacomino”, realizada en el marco de la Celebración del Día de Muertos en el patio ala sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, la tarde del 1 de noviembre.

El arte funerario en todas las épocas del mundo ha dado grandes obras maestras y que en Nuevo León no es la excepción gracias al trabajo que durante poco más de 25 años realizó el escultor italiano Miguel Giacomino.

Tovar, quien ha seguido la trayectoria del artista desde su natal Potenza, Italia, explicó que al llegar a Monterrey en 1910, después de un periplo desde su juventud por Nápoles, Chile, La Habana, San Antonio, Mérida y la Ciudad de México, realizó obras funerarias diversas para innumerables familias regiomontanas hasta su muerte en 1934.
Poco más de medio centenar se encuentra y sobrevive al paso del tiempo en el Panteón del Carmen, pero también realizó obras en el de Dolores y en el de Montemorelos, Nuevo León.

Giacomino diseñó, proyectó, esculpió y construyó monumentos funerarios, capillas, relieves, bustos y retratos esmalte de porcelana, siendo algunas de las obras las más hermosas del panteón del Carmen; destacan de igual manera una amplia gama de cruces, vírgenes, cristos, ángeles, querubines, pleurantes, palmas, flores y coronas entre otros elementos decorativos y simbólicos.

Uno de los monumentos funerarios más impresionantes fue la capilla que los hermanos Francisco y Octaviano Zambrano le solicitaron para honrar a sus esposas fallecidas, la señora Eduviges C. de Zambrano y Sara Fernández de Zambrano, respectivamente.

Tovar lamentó la pérdida sistemática del arte funerario por muy diversos motivos, desde las decisiones familiares de modificar las tumbas, la acción corrosiva del medio ambiente, el vandalismo y el robo.

Como ejemplo de sustracciones, puso el de los bustos de Jerónimo Treviño y Lázaro Garza Ayala, desaparecidas, la primera de ellas en pleno día, de sus respectivas criptas; y de vandalismo la destrucción de la escultura del capitán Lorenzo Aguilar, lazada y derribada de su pedestal por desconocidos.

Aunque el registro último de la obra funeraria de Giacomino no ha terminado, queda la puerta abierta para catalogar obras aún no conocidas de su autoría.

Al final de la ponencia, profusamente ilustrada con fotografías, los asistentes disfrutaron de café y del tradicional pan de muerto.

Esta actividad fue organizada por la Secretaría de Extensión y Cultura y la Dirección de Humanidades e Historia, a través del Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANL.

Responsable: Prensa UANL