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Su ajedrez lo lleva a Rusia

Desde los 9 años que juega ajedrez, Enrique García Herrera ha participado en cinco mundiales y varios juegos panamericanos, centroamericanos y olimpiadas nacionales. El graduado de la Prepa 15 recibió una beca deportiva para estudiar Economía Internacional en la Universidad Estatal de Nizhny Nóvgorod, en Rusia.

Todo comenzó cuando vio a Ron Weasley jugar ajedrez contra un tablero mágico en el último desafío de la película Harry Potter y la Piedra Filosofal. Desde entonces, su tablero le dio la vuelta al mundo.

Con cinco mundiales y varios panamericanos y centroamericanos de ajedrez después, Enrique García Herrera está a punto de cambiar el Río La Silla por el Río Volga en el corazón geográfico de Rusia.

Recién graduado del bachillerato bilingüe de la Preparatoria 15 Florida, Quique se prepara para iniciar la carrera de Economía Internacional a partir del 1 de septiembre en la Universidad Estatal de Lobachevski, en Nizhni Nóvgorod, ciudad ubicada a 400 kilómetros al oeste de Moscú, Rusia.

El ajedrecista de 16 años recibió de la representante en México de la Asociación Latinoamericano Rusa (ALAR) —y madre de otro ajedrecista—Natalia Smirnova, una beca deportiva para estudiar en la ciudad rodeada por los ríos Volga y Oká.

En estos momentos, Quique se encuentra entre los cinco mejores ajedrecistas mexicanos de la categoría Sub 18. Acumula 2043 puntos en el ranking de la Federation Internationale Des Echecs(FIDE, del francés, en castellano “escaques”).

Después de quedar maravillado del jaque con el caballo que hizo como sacrificio el mago pelirrojo, que a la postre dejó en bandeja el jaque mate de Harry Potter, Quique le pidió a su madre que lo llevara a aprender ajedrez cuando arrancaba el año 2009. Ella lo llevo a la Casa de la Cultura de Nuevo León.

Ahí, en el recinto de la avenida Colón, le enseñaron a mover las piezas para luego jugar y perder sus dos primeros juegos. El tercer juego lo empató. A partir de sacar tablas, Quique continuó su carrera en el mundo de los escaques.

Desde ese año, su maestro fue Alberto Escobedo Tinajero, quien lo dirigió en el Mundial Sub 12 de Caldas Novas, Brasil, en 2011. Lamentablemente, su maestro falleció al siguiente año, justo antes de la participación de Quique en los Juegos Panamericanos Sub 12 de Lima, Perú.

“Yo le prometí que iba a ganar el Panamericano. La última partida del torneo la jugué contra un peruano. Fue en un estadio, pero al final la gané”, relató el joven ajedrecista.

A fines de ese 2012, el joven jugó su segundo Mundial en la categoría Sub 12, en el torneo organizado en la ciudad balcánica de Máribor, al norte de Eslovenia.

En mayo de 2013 fue al torneo abierto “Raúl Capablanca” en La Habana, Cuba. En agosto, Quique regresó a la capital cubana para jugar la VII Copa “Giraldilla”. En septiembre, participó en el Mundial Sub 20 en Estambul, Turquía. Ahí, el joven conoció y se tomó una foto con el mítico ajedrecista ruso Yuri Kasparov.

En diciembre de ese año, participó en el Mundial Sub 14 en Dubái. Después de esos torneos, durante el 2014 Quique no asistió a ningún torneo por falta de recursos y patrocinios; se perdió el mundial juvenil en Durban, Sudáfrica. En 2015, regresó a la escena internacional y participó en el Mundial Sub 16 organizado en Grecia. Ese año, el joven jugó otros tres torneos en Cuba. En 2016 y 2017 regresó a Cuba a participar en los mismos torneos.

“Del ajedrez, como de la vida y en todo, me gusta que hay que tomar decisiones; sean buenas o malas. Hay que hacer una jugada”, dijo el joven ajedrecista. Lo que más le gusta, lo confiesa, es ganarles a otros jugadores.

“Me gusta, como decía (el legendario campeón mundial Bobby) Fischer: romperles el ego”.

Además de aquella foto con Kasparov en Turquía, Quique se tomó una foto con uno de los nietos del histórico ajedrecista cubano Raúl Capablanca hace una par de semanas en Cuba.

“A mí me gusta mucho el juego agresivo pero también el juego posicional, estratégico. Como (el maestro armenio Levon) Aronian, que puede jugar una posición agresiva pero también una posición muy cerrada donde tienes que ver todos los planes. Es táctico y estratégico”, destacó.

Antes del ajedrez, el estudiante de la Prepa 15 jugó deportes como el Tae Kwon Do, tenis de mesa, fútbol, fútbol americano y natación, pero en ninguno consiguió destacar más que en el ajedrez.

“El ajedrez es todo cálculo, tienes que ver adelante, en una posición puedes ver demasiadas jugadas. No sé, yo al menos puedo calcular entre 60 y 70 jugadas adelante en una posición normal. Los grandes maestros pueden calcular mucho más”, comparó.

Responsable: Prensa UANL