El Encino Siempreverde es un árbol de rápido crecimiento, rústico y de gran talla. Como el nombre lo indica, es un árbol siempre verde, con una altura que varía de 15 a 20 mentros. Presenta una corteza rugosa, gris y agrietada.

Las hojas son alternas, simples, gruesas, verde oscuro, perennes, ovales en los extremos y variables en tamaño y forma. Las hojas superiores son lustrosas. Las flores son pequeñas, amarillentas y colgantes, siendo flores masculinas o femeninas, separadas en la misma planta. Las flores brotan con las nuevas hojas en primavera.

El fruto es una bellota, café oscuro de hasta 4 cm de largo, que se encuentra cubierto por una cúpula o copa rugosa cubierta de escamas romboidales.

El Encino Siempreverde es una especie longeva y distribuida en planicies, valles y montañas. En los últimos 15 a 20 años, esta especie se ha utilizado en los procesos de reforestación de calles, avenidas, camellones, estacionamientos y parques de diversos municipios del estado de Nuevo León.

El follaje del Encino Siempreverde es denso y proyecta una gran sombra para reducir el impacto de las altas temperaturas. La floración se presenta en primavera y las bellotas entre agosto y noviembre. La copa del Encino Siempreverde puede variar de 18 a 25 m de diámetro, es densa y redondeada. Las ramas son horizontales.

El Encino Siempreverde tolera la salinidad de suelos arenosos, y se adapta a suelos arcillosos, arenosos; secos y húmedos. Se considera una especie de rápido crecimiento. Su sistema radicular es profundo. Los suelos profundos le permiten al sistema radicular extenderse.

El Encino Siempreverde es una especie maderable usada para leña, postes, cercos, paredes, techos y aperos de labranza.

Los frutos se utilizan como alimento para el ganado doméstico o para la fauna silvestre.